Los hispano bretones pacen hierba natural de los extensos prados en los que abundan las gramíneas forrajeras junto con leguminosas como los tréboles basándonos en un modelo de agricultura regenerativa.
Durante los meses de invierno dónde se alcanzan temperaturas bajo cero que llegan hasta los -15 C y abundantes nevadas de noviembre a febrero, se alimentan con forraje (hierba, alfalfa y avenazo), que se adquiere a agricultores de la zona, en comederos dotados de redes de Slow Feeding.
Durante la época de cría se complementan la alimentación de las yeguas y potros con piensos naturales.